Por Cincerón
A escasos días que se
realice el relevo del equipo que conducirá los destinos de nuestro amado pero
“tan agraviado” Estado de Oaxaca, las expectativas de la población en general
no parecen ser muy alentadores, con una dinámica social francamente convulsa,
organizaciones sociales de todo tipo, la mayoría de ellas parásitos del
presupuesto estatal, expertos en chantajes, intimidación y victimización ante
la autoridad y la ley. Una gremial magisterial con el control político casi
total en la entidad, con poderosos aliados en el Gobierno de Peña Nieto que en
lo obscurito y a la vista de todos han
torcido la reforma educativa, quizás el único acto de autoridad que hacia
trascender la gestión Federal, pero que le quedó grande, como muchos otros
asuntos al gobierno de EPN.
En el 2010, La
premisa de campaña de Gabino Cué,“Gobernaré con los mejores Ciudadanos”
convenció en buena parte la esperanza de los Oaxaqueños en el momento de
sufragar. Pero en el momento de la integración del equipo de Gobierno se pasó
por alto una premisa muy importante: “la
democracia produce gobiernos legítimos, pero no produce automáticamente
gobiernos eficaces”, a menos que se incorporen personal técnico
especializado, conocedores y expertos en cada una de las áreas del quehacer
público. Tal incorporación de los mejores ciudadanos no sucedió, sino todo lo
contrario, el gobierno “del cambio” se saturo de líderes del chantaje,
personajes que vivieron durante mucho tiempo de la movilización, transgresores
de la legalidad y del Estado de derecho, los incendiaros del 2006, y otras
organizaciones afines que sofocaron quizá las buenas intenciones del llamado
“gobierno del cambio” con un balance de resultados que todos lamentamos.
En unos cuantos días
conoceremos con exactitud con que equipo gobernará los próximos seis años esta
sufrida entidad que lucha por encontrar el camino que lo rescate de su
histórico rezago.
Ya transitan por los
medios de información y las redes sociales, nombre y más nombres del nuevo
gabinete, algunos quizá con méritos partidistas, pero con escasa o nula
experiencia en la función pública y en áreas específicas de la administración
estatal. Es un momento crucial para la integración del equipo de gobierno, se
debiera esperar un equipo con “los mejores ciudadanos“ y los mejores ciudadanos
oaxaqueños, no son necesariamente del Partido Revolucionario Institucional
(PRI), quizá ni siquiera pertenecen a algún partido político.
Para concretar el
proyecto que comprometió en campaña AMH, y que es la expectativa de todos los
Oaxaqueños, los que lo apoyaron y los que no votaron por él, pero que igual
serán gobernados los próximos seis años, es indispensable un equipo incluyente,
plural, experto y probo, de otra manera tendremos como resultado
irremediablemente, más de lo mismo. No
se pueden esperar resultados distintos repitiendo los mismos procesos.