-Se incrementaron en un 60% las extorsiones y se disparan los crímenes
-Seguridad y corrupción serían el “Talón de Aquiles” del gobernador electo Salomón Jara Cruz
Mientras en el territorio oaxaqueño la delincuencia organizada cobra cada día mayor fuerza con ejecuciones, secuestros y extorsiones, el “fiscal de papel”, Arturo Peimbert Calvo no se da por enterado, porque no vive en la ciudad de Oaxaca, sino en la capital del país, y trabaja a distancia o por vía telefónica.
No ve, no oye, ni le importa tampoco.
Hoy está más ocupado en buscar alianzas en el círculo cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador para ver si logra que el gobernador electo de Oaxaca, Salomón Jara Cruz “le perdona” su “traición” y lo deja terminar su encomienda como fiscal, porque se avizora un cambio en esa institución.
Recordemos que para Jara Cruz todos y todas las que apoyaron en su aspiración a la senadora Susana Harp Iturribarría son “traidores” y Peimbert Calvo está en la mira.
Pero en el tema de seguridad que es lo que nos ocupa en este espacio, vemos que, en los hechos, Oaxaca está a merced de la delincuencia que ya ni siquiera les importa matar niños, agarran parejo, semejante a una película de terror.
Están sembrando miedo, angustia, psicosis de salir a las calles, las y los ciudadanos ya no son libres de transitar por las carreteras del estado sin que sufran un asalto, si bien les va o sean emboscados por grupos armados.
Es muy duro y preocupante lo que estamos viviendo, porque esta política fallida de seguridad no solo en Oaxaca sino a nivel nacional está orillando a la población a estar armada y a aplicar la justicia por propia mano.
Estamos llegando a esos extremos.
Vean lo que ocurrió ayer en San Francisco del Mar, la zona huave, donde tres policías municipales fueron asesinados entre ellos el comandante Juan V., los policías Rolando J., y Amir N., quienes fueron abatidos luego de registrarse un enfrentamiento con un presunto grupo de criminales.
Los agresores sometieron a los uniformados, incendiaron su patrulla y se los llevaron, para posteriormente ser localizados sin vida en inmediaciones de Playa Vicente.
Y posteriormente en respuesta, el hermano de uno de los policías asesinado atacó a balazos la tarde de ayer a familiares de los presuntos responsables. Se desconoce el estado de salud de estas personas.
En la mixteca, en hechos distintos emboscaron a una familia sobre la carretera Guadalupe de Ramírez en el tramo que conduce a San Nicolás Hidalgo en el paraje Cerro del Caballo, ahí ejecutaron a dos adultos y tres menores de edad.
¡Terrible!
Es el Oaxaca bronco, el Oaxaca de la inseguridad, del miedo, del terror, se nota que es fin de sexenio, pero ojalá esto fuera pasajero.
La seguridad pública debería ser una prioridad nacional donde la coordinación de todos los cuerpos de seguridad es indispensable, pero no vemos ese interés en ninguno de los tres órdenes de gobierno, ni con Andrés Manuel López Obrador, ni Alejandro Murat Hinojosa, ni con las autoridades municipales, al contrario, hay una inacción por parte de ellos y han sido tolerantes y permisivos en el azote de la criminalidad, no han hecho nada.
¿Y dónde anda Peimbert?
Ocupado tratando de salvar su “chamba”, mientras a Oaxaca se la carga el “payaso” al incrementarse hasta en un 60% de enero a abril del 2022 los delitos de extorsión con el cobro de piso a comerciantes y empresarios, hasta los ambulantes pasan al barrido, ello junto con los estados de Hidalgo y Tamaulipas, de acuerdo con cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad.
La extorsión en Oaxaca se registra principalmente, en la Central de Abastos, donde si los comerciantes no pagan les quitan el producto, ahí la ley es letra muerta. Los cobros por derecho de piso oscilan entre $1500 pesos a $3000 pesos mensuales, ahí entran hasta los vendedores de hortalizas. A esos niveles hemos llegado y nadie hace nada para frenarlo.