Héctor A. Gil Müller
En
la vida andamos siempre movidos por la plenitud del significado y del
propósito. Ellos traen la felicidad y el sentido a cada situación. Su ausencia
marca una vida apática, gris y ausente de herramientas para enfrentar los
desafíos y atravesar los desiertos. El significado y propósito traen tolerancia
al dolor y lo disminuyen ante la expectativa de algo posterior. En lo nacional
ocurre lo mismo, nos movemos bajo el significado y el propósito, adoptamos lo
que somos tras lo que queremos. Por ello quizá el cielito lindo y no las
golondrinas. Porque el significado no está en la ausencia sino en cantar en vez
de llorar.
El
propio significado, ese autoconcepto, se soporta en tres importantes; auto-ideal,
auto-estima y auto-imagen. ¿Qué significa pues ser mexicano? Además de ser
campeones del mundo en Qatar, ¿a qué le tira el mexicano? El autoideal lo
determina y nadie puede ir más allá que su propio superlativo, nos queremos y
defendemos la soberanía como un rasgo distintivo de lo que somos. El mexicano
es único, tan único que, en palabras de Chabela Vargas nacida en Costa Rica,
podemos decir; “los mexicanos nacemos en donde se nos dé la gana”. La
auto-imagen importa, Somos un mosaico multicolor que no trasluce, pero si
brilla, aunque el brillo se vea desde afuera y adentro se piense opaco, desde
lejos siempre se ve todo más fuerte. Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo
ve de lejos.
Cuando
se dio el grito de Dolores, los insurgentes, a quienes se les uniría el Regimiento
de la Reina que comandaba Ignacio Allende formaron un grupo de más de 40 mil
hombres. Hoy el Ejército Nacional, con la Guardia Nacional recientemente
adquirida, tienen una fuerza efectiva de 317,724 elementos. Esto es muchísimo mayor
que las fuerzas que empezaron, o que el Ejército Trigarante que llegaba apenas
a los 20 mil activos. Es evidente que seguimos buscando nuestra independencia
con un ejército más grande, aun no tengo claro de qué buscamos independizarnos,
pero debe ser muy grande y temible.
Esperamos
que el tamal te´bien y con él se envuelva la esperanza y la ilusión de un
pueblo grande, talentoso, recio y elaborado, que aún no llega a Tenochtitlan
pero sigue en camino. El más cargado lastre de México sigue siendo el mismo México.
Hobbes afirmó “homo homini lupus”, el hombre es el lobo del hombre, pues el
mexicano es el coyote y para los lobos los coyotes. El autoconcepto mexicano es
tan fuerte que presiona desde afuera, porque el charro nunca calla.
Que
diferente sería la historia si en vez de celebrar el inicio de la independencia
celebrásemos el final, festejaríamos el 27 de septiembre, pero nos gustan los
inicios, pensamos siempre que empezar es más difícil que terminar, pero lo cierto
es que siempre es más fácil entrar que salir de algo. Y si festejamos los
inicios entonces querer es poder, aunque entre querer y poder hay muchas cosas
más.
Difícil
explicar qué es el mexicano. Pero en la fiesta patria, felicidades mexicano, ¡Viva
México!